Estaba el ratón subido a lo más alto de un árbol huyendo de un gran gato que miraba paciente desde una rama próxima, relamiéndose pensando que cuando el ratón se cansara tendría que bajar y entonces lo cazaría. A nuestro ratón se le ocurrió una astuta idea para poder escapar.
_¡Eh! señor gato ¿Quiere que le cuente una historia?_. dijo el ratoncito.
_Tenemos todo el día_. contestó el gato.
El ratón le contó historias de ratones, de gatos y perros: cuentos muy interesantes y curiosos. LLevaba varias horas el gato escuchando cuando cerró los ojos y se durmió. Sigilosamente y sin apenas ruido el pequeño ratón fue bajando del árbol y cuando estuvo en el suelo se acercó a la caseta del perro y lo llamó:
_¡Eh! Sultán....Sultán. Encima del árbol hay un gato. Dice que eres un perro feo y maltrecho. Se ha estado riendo a tu costa_, dijo el ratón huyendo a toda costa.
_¡GUAU!¡GUAU!_. ladró Sultán.
El gato se despertó con los ladridos y se encontró a Sultán muy enfadado a los pies del árbol. Ahora estaba atrapado como antes estuvo el ratón y entonces dijo:
_Sultán ¿quieres que te cuente una historia?_.
_Tenemos todo el día_. contesto el perro.
Y así fue como la astucia del ratón le salvó de un mordisco seguro poniendo a su enemigo en un aprieto canino.
FIN
Muy astuto el ratón,sin duda el ingenio se agudiza cuando se está en peligro,y el gato tomó de su propia medicina.
ResponderEliminarBesos.
Pensaba el gato que porque el ratón era pequeño lo iba a engañar
ResponderEliminarPero el gato tomo su propia medicina, muy agudo el ratoncillo.
Un besote.