Antes de entrar deja fuera tu rabia y tu ira. Bienvenido a este bosque encantado, un lugar donde podemos dar rienda suelta a ese niño que todos llevamos dentro, tienes mi permiso para dejarle salir y que haga locuras. Sumérgete en este mundo mágico de las hadas y los duendes y vuelve pronto, te esperaré agitando mis alas

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miércoles, 28 de agosto de 2019

Los amantes de la mariposa

Hace ya mucho tiempo vivió una joven en la ciudad de Hangzhou, en la provincia china de Zhejiang, cuyo nombre era Zhu Yingtai, la cual comprendió que la única forma en la que podría estudiar era hacerse pasar por hombre. Eran otros tiempos y era algo que en la antigua China no estaba permitido a las mujeres. El disfraz de Zhu Yingtai fue tan convincente que ni sus propios compañeros se dieron cuenta de que era sólo eso, un disfraz. Ni siquiera uno que llegó a ser muy especial para ella y con el que pasó mucho tiempo, Liang Shanbo. Pasan los años, ambos terminaron sus estudios y llegó el momento de despedirse. La joven Zhu, ante el temor de no volver a ver a Liang, le ofreció a su hermana en matrimonio para que entrara en la familia. Zhu no tenía hermanas, sólo quería que Liang supiera de una vez que era una mujer y que es
taba enamorada de él. Una vez más, los planes de Zhu salieron bien y Liang también comprendió que estaba enamorado de ella. Pero resultó que en el camino de Zhu había alguien más, alguien que esperaba ser el esposo de Zhu tras haber sido concertado el enlace por los propios padres de la joven. Ella no lo amaba pero nada se podía hacer por evitar el matrimonio. Liang se desmoronó cuando se enteró y se sumió en una profunda tristeza que lo llevó hasta la muerte. Tras la muerte de su enamorado, Zhu perdió las ganas de vivir, ya no le quedaba nada, pero siguió adelante con lo que para ella habían planificado.
Llegó el día de la boda y Zhu caminó en compañía del cortejo nupcial. Cuentan que en un punto del camino se levantó de pronto un fuerte viento en remolinos que no la dejaba avanzar hacia adelante. Descubrió entonces la tumba de su enamorado, aquel que murió de pena por no poder estar con ella. Cuentan que entonces la tumba se abrió y Zhu entró en ella al tiempo que dos preciosas mariposas de vivos colores salían de ella. Eran sus dos almas que por fin eran libres para estar juntas por toda la eternidad.


jueves, 8 de agosto de 2019

Hermod, el veloz hijo de Odín

Hermod, al que se conoce como el Dios Veloz o Dios Ágil, era uno de los hijos de Odín y también el mensajero favorito de los dioses (rasgo que comparte con Mercurio en la Mitología Romana o Hermes en la Griega). Un dios que también sentía adoración por la guerra, sobre todo en el cuerpo a cuerpo, y que además era el benefactor y comandante de los soldados muertos durante la batalla.
A Hermod le fueron regalados un casco y un corselete que solía vestir, y antes de alguna batalla, el mismo Odín le entregaba en custodia la Lanza Grungnir, cuyo poder consistía en inflamar de valor y ardor guerrero los corazones de los hombres. Pero mientras no estaba luchando, solía llevar su bastón, el Gambantein, una especie de cetro que le acompañaba a todas partes.
Nos cuenta la leyenda que Odín albergaba temores y dudas acerca de su incierto porvenir, así que envió a Hermod, con sus mejores galas y montando a Sleipnir (caballo que sólo él y Odín podían cabalgar), a las gélidas tierras de Finlandia, donde habitaba un mago, llamado Rossthiof, capaz de ver el futuro. Pero este hechicero no era conocido por su amabilidad ni predisposición a ayudar, sino por su gusto por robar caballos y matar a sus jinetes.
Hermod, en lugar de portar su cetro, llevó como protección la Vara de Odín, que su padre le entregó para que pudiese sortear los peligros que pudiesen surgir en el viaje. Tras una marcha repleta de enemigos, trampas y ardides perpetrados por el mago Rossthiof, Hermod logró llegar ante su presencia.
Gracias a la Vara de Odín pudo reducir al mago, atándole de pies y manos y amenazando con no dejarle libre hasta que hubiese dicho todo lo que Odín quería saber. La visión que le mostró el mago fue tan asombrosa como enigmática.
Hermod contó a Odín que había visto al Sol esconderse tras negros nubarrones, tras lo cual se produjo una violenta sacudida de la tierra y los vientos aullaron con fuerza inusitada. Luego, una marea sanguinolenta se extendió cubriendo el suelo y de ella surgió una mujer de gran belleza que llevaba a su hijo con ella. El niño creció de manera sobrenatural, para convertirse en un adulto en pocos segundos, tras lo cual aparecieron en sus manos un arco y sus flechas.
Según le había explicado el mago a Hermod, esta visión presagiaba la muerte de uno de los hijos de Odín y la posibilidad de vengar tal afrenta si éste cortejaba a Rinda, una mujer de las frías tierras de Rusia. El fruto de su unión sería un joven, que crecería asombrosamente rápido y que vengaría este crimen.
La idea de perder un hijo fue terrible para Odín, pero sin embargo se sentía de alguna manera satisfecho, ya que la venganza por la sangre es la mayor satisfacción que los guerreros nórdicos pueden obtener. Finalmente, la violenta muerte de Balder fue vengada por Vali, pero esa es otra historia…