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lunes, 26 de noviembre de 2012

Ulises y las sirenas del Mediterráneo


Ulises y las sirenas es un cuadro del pintor victoriano Herbert James Draper pintado en 1909. Como gran parte de la obra de Draper, el cuadro es de tema mitológico. En concreto, se basa en el mito de Ulises, tal como lo describe el canto XII de la Odisea.
Advertido por la diosa Circe de lo peligroso que era el canto de las Sirenas, Ulises ordenó tapar con cera los oídos de sus remeros y se hizo atar al mástil del navío. Si por el hechizo musical pedía que lo liberasen, debían apretar aún más fuerte sus ataduras. Gracias a esta estratagema Ulises fue el único ser humano que oyó el canto y sobrevivió a las sirenas, que devoraban a los infaustos que se dejaban seducir. Estas criaturas monstruosas se precipitaron al abismo al verse vencidas.

En el marco de la mitología griega, las sirenas son criaturas ligeramente difusas debido al remoto y rico trasfondo de su origen, probablemente ligado al mundo de los muertos. Según los mitos originales se trataba de seres con cuerpo de pájaro y rostro o torso de mujer, que inequívocamente se distinguen siempre por el hecho tener una voz musical, prodigiosamente atractiva e hipnótica. La tradición las hacía habitar en una isla del Mediterráneo frente a Sorrento, en la costa de la Italia meridional (en ocasiones se alude concretamente a Capri).

viernes, 16 de noviembre de 2012

El Amor es ciego


 Cuenta la leyenda que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso:
- ¿Jugamos al escondite?

La Intriga se levantó con los ojos fruncidos, y la Curiosidad sin poder contenerse preguntó:
- ¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?

Es un juego – explicó la Locura – en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.

El Entusiasmo se halló secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda, e incluso la Apatía a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La Verdad prefirió no esconderse; ¿para qué? Si al final siempre le hallaban. La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que le molestaba era que la idea no había sido suya), y La Cobardía prefirió no arriesgarse.

- Uno, dos, tres…. comenzó a contar la Locura.

La primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra de el Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.

La Generosidad, casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: ¿qué si un lago cristalino? ¡ Es ideal para la Belleza!; ¿Qué si la rendija de un árbol? ¿Perfecto para la Timidez; ¿qué si el vuelo de una mariposa? ¡ Lo mejor para la Voluptuosidad!; ¿qué si una ráfaga de viento? ¡ Magnífico para la Libertad! Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol. El Egoismo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo… eso sí, sólo para él.

La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris); y La Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes, el Olvido …¡se me olvidó donde se escondió!… pero no es lo importante.

Cuando la Locura contaba 999999, el Amor aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.

- ¡Un millón! – contó la Locura y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue la Pereza, sólo a tres pasos de la piedra. Después escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la Pasión y al Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes.

En un descuido encontró a la Envidia, y claro, pudo deducir donde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo; él solito salió desesperado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas.

De tanto caminar sintió sed y al acercarse al algo descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún en que lado esconderse.

Así fue encontrando a todos: el Talento entre la hierba fresca, la Angustia en una oscura cueva, la Mentira detrás del arco iris… (¡Mentira, ella estaba en el fondo del océano!), y hasta el Olvido, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite.

Pero sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.

La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba a punto de darse por vencida, divisó un rosal y las rosas… Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al Amor y la Locura no sabía que hacer para disculparse; lloró, rogó, pidió perdón, y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra.
El amor es ciego y la locura siempre, siempre le acompaña.


martes, 6 de noviembre de 2012

Hijo de la Luna


No he podido resistirme a poner la letra de esta hermosa canción de MECANO, es un bello cuento y todo un poema.

Tonto el que no entienda.
cuenta una leyenda
que una hembra gitana
conjuró a la luna
hasta el amanecer.
llorando pedía
al llegar el día
desposar un calé.
"tendrás a tu hombre,
piel morena,"
desde el cielo
habló la luna llena.
"pero a cambio quiero
el hijo primero
que le engendres a él.
que quien su hijo inmola
para no estar sola
poco le iba a querer."

Luna quieres ser madre
y no encuentras querer
que te haga mujer.
dime, luna de plata,
qué pretendes hacer
con un niño de piel.
a-ha-ha, a-ha-ha, 
hijo de la luna.

De padre canela
nació un niño
blanco como el lomo
de un armiño,
con los ojos grises
en vez de aceituna --
niño albino de luna.
"¡maldita su estampa!
este hijo es de un payo
y yo no me lo callo."

Luna quieres ser madre
y no encuentras querer
que te haga mujer.
dime, luna de plata,
qué pretendes hacer
con un niño de piel.
a-ha-ha, a-ha-ha, 
hijo de la luna.

Gitano al creerse deshonrado,
se fue a su mujer,
cuchillo en mano.
"¿de quién es el hijo?
me has engañado fijo."
y de muerte la hirió.
luego se hizo al monte
con el niño en brazos
y allí le abandonó.

Luna quieres ser madre
y no encuentras querer
que te haga mujer.
dime, luna de plata,
qué pretendes hacer
con un niño de piel.
a-ha-ha, a-ha-ha, 
hijo de la luna.

Y en las noches
que haya luna llena
será porque el niño
esté de buenas.
y si el niño llora
menguará la luna
para hacerle una cuna.
y si el niño llora
menguará la luna 
para hacerle una cuna.

jueves, 1 de noviembre de 2012

La Sirena Del Arco


En el Océano Pacífico de Colombia nada de manera fantasmagórica La Sirena del Arco, una ninfa con cabeza y busto de mujer, con cuerpo de pez y cola de ave.

La fantástica criatura lleva máscara en una de sus manos empuña un puñal y en la otra un cetro de oro. Los buzos temerarios han observado que la Sirena del Arco, tiene palacios submarinos fabricados con cristales, joyas y piedras preciosas a las que les atribuyen poderes mágicos. Ágata para fortificar el espíritu, amatista para conservar la castidad, esmeralda para cuidar la belleza, ónice para la felicidad conyugal, perla para salvar el alma, rubí para ahuyentar la tristeza, berilio para la alegría, calcedonia para desterrar la melancolía, granate para el poder victorioso, jacinto de modestia, jaspe de valor, zafiro de constancia y turquesa de prosperidad. Los pescadores y marinos del Ponto Pacífico narran que la Sirena del Arco a veces entona cantos sagrados, poesías amatorias e himnos excelsos y que con su dulce voz, atrae y enloquece a los navegantes quienes se sumergen en las insospechadas profundidades del mar, desafiando imprudentemente los peligros y pereciendo ahogados al ser adormecidos con su sensual melodía. Cuentan los habitantes del litoral Pacífico, que la Sirena del Arco en noches de luna llena se aparece en las paradisíacas playas y que con su himeneo rítmico y armónico conmueve al cielo y a la tierra y despierta los instintos salvajes de las parejas como Hímero, quienes en el lecho arenoso se consagran a calmar su apetito erótico.

Las gentes del Pacífico creen que la Sirena del Arco, simboliza la tragedia, la tristeza, la melancolía, la desesperación y el remordimiento de quienes se dejan seducir por su encanto lujurioso que le pone fin a sus vidas. Dicen que la Sirena del Arco a veces emerge escoltada por ballenas jorobadas que peregrinan por el piélago Pacífico y que repentinamente se hunden arrastrando tras de sí las embarcaciones ancladas a sus lados y llevando a sus admiradores al fondo del averno.