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domingo, 27 de noviembre de 2016

3 Leyendas sobre el Arco Iris


Una de las diosas más fascinantes de todo el Olimpo es la diosa del aire. Iris es una chica con una larguísima melena azul del color del cielo y que vuela rápidamente llevando los mensajes de los dioses. Hace que las nubes se junten y se ponga un día nublado, que luego empiece a llover y a llover mientras ella recorre todo el cielo para llevar su mensaje.

Iris  no tiene alas, sino que vuela con una capa de colores, los colores del arcoíris. Cuando la diosa Iris llega a su destino y entrega su mensaje lo hace con un código secreto. Quita las nubes, saca sus lápices de colores y dibuja un arco enorme para que todo el mundo en la tierra y en el cielo pueda verlo. Así escriben los mensajes los dioses.

El arco que dibuja con sus lápices mágicos la diosa Iris siempre tiene los mismos colores, pero a veces unos colores se ven más que otros, dependiendo de a quién va dirigido el mensaje. Por ejemplo, cuando el color azul del arco iris es el que mejor se ve, el más intenso, es porque Zeus le ha mandando un recado a Poseidón, el dios del mar, para que deje de enfadarse tanto.

Cuando en el arcoíris predomina el color verde es porque el mensaje va dirigido a la Naturaleza, como cuando Zeus le dijo un día que debía tener más cuidado porque los humanos la estaban contaminando. Si es el color amarillo el que más se ve, el mensaje va dirigido al Sol, para decirle que brille con menos intensidad porque puede quemar a la gente.

Son mensajes que se mandan los dioses o los seres que habitan en el cielo entre ellos. Y lo hacen a través de esta Iris voladora que dibuja preciosos arcos en el cielo. Pero Iris también escribe en el cielo mensajes para los humanos, porque su arco siempre es el anuncio de que ese día triste, lluvioso, nublado y gris ha llegado a su fin.


Cuenta la leyenda, que cuando el cielo se une con la tierra aparecen unos personajes pequeños a los que se les llama duendes, éstos, se caracterizan por llevar consigo una olla repleta de oro. Y la única manera de verlos es cuando hay la presencia de un arcoiris, pues de esa manera el cielo se une con la tierra.


Se dice que estos duendes de barba roja, sombrero  y vestimenta verde, se encuentran localizados al final del arcoiris y son muy inteligentes y escurridizos, muchos cuentan que los han encontrado, pero en el mas mínimo descuido desaparecen, también se cuenta, que la única manera de capturarlos es mirándolos fijamente y atarlos del pie derecho con una soga gruesa, el duende en su desesperación de libertad ofrece su olla llena de oro a su captor.

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Se dice que hace mucho tiempo los colores comenzaron a pelearse porque cada uno quería proclamar ser el más importante. El verde argumentaba ser el signo de la vida y la esperanza; el azul decía que el agua era la base de la vida; el amarillo decía que la daba alegría al mundo; el naranja dijo que proporcionaba fuerza al mundo; el rojo dijo ser el color del valor y traer la pasión y amor a los seres terrestres; el púrpura dijo ser el color de la realeza; y el añil dijo ser importante por representar la reflexión.

Cuando todavía estaban discutiendo cayó un relámpago y una lluvia ruidosa, los colores se asustaron y se agruparon. La lluvia dijo: "Están mal al discutir por ver quién es más importante, ¿no saben que la naturaleza los hizo a todos? Cada uno tiene un objetivo especial. La naturaleza los quiere a todos juntos como signo de que hay amor para todos, que pueden vivir juntos en paz, como señal de esperanza".

La naturaleza utiliza la lluvia para lavar al mundo y el arcoíris para recordar a la gente que cuentan siempre unos con otros.


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Existen unos seres que son muy pequeños, las personas los llaman duendes y siempre llevan consigo una olla llena de oro. La única forma de verlos es aprovechando la presencia de un arcoíris, pues es cuando el cielo se conecta con la tierra. Los duendes de barba roja, sombrero y vestimenta verde están al final del arcoíris.

Los duendes son inteligentes y escurridizos, muchos que los han visto sólo es por un instante, pues desaparecen en cualquier descuido. Se dice que para atraparlo hay que mirarlos fijamente, atarlos del pie derecho con una soga gruesa. Para que lo dejes libre el duende te ofrece su olla llena de oro.



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Una leyenda brasileña cuenta que en la tribu de las Cashinahuas vivía una joven muy hermosa llamada Iasá, muchos la veían y se enamoraban de ella, pero ella sólo amaba a Tupá, hijo del dios Tupán. La pareja se amaba mucho y eran felices, pero había un gran problema. Un demonio llamado Anhangá también estaba enamorado de Iasá y haría todo lo que pudiera para ganar esa guerra de amor.

Anhangá visitó a la madre de Iasá y le pidió la mano de su hija, para convencerla le ofreció muchas riquezas. La madre era muy ambiciosa, así que accedió a la petición del demonio y le dio la noticia a su hija de que no se casaría con Tupá, sino con Anhangá.

Al escuchar las palabras de su madre, Iasá se puso muy triste y esperó el día de la boda, sabía que casarse con Anhangá significaba ir a vivir al infierno, y jamás volvería al cielo, donde vivía su amado Tupá. Resignada a su destino, le hizo una última petición a Anghangá: ver por última vez a Tupá.

El demonio complació a Iasá y accedió con una condición, ella tendría que cortarse el brazo para dejar un camino de sangre, así ella no se escaparía con Tupá. El día de la boda, antes de la ceremonia, Iasá se hizo una herida en el brazo y caminó para despedirse de su amado, mientras caminaba las gotas de sangre iban formando un arco en el cielo.

Tupá era poderoso, así que le pidió al sol, al cielo y al mar que acompañaran a Iasá en su camino, y que para confundir a Anhangá dibujaran tres arcos más, al lado de la franja roja. El sol, Guarací, dibujó un arco amarillo; el cielo Iuaca, puso un arco azul claro; y el mar, Pará, formó un arco azul oscuro.

Iasá no logró llegar a donde estaba su amado, se debilitó y cayó a la tierra, su sangre se mezcló con la franja amarilla y se formó un arco anaranjado y al mezclarse con el azul dibujó un arco violeta. Ella murió en una playa y no se casó con el demonio, así  no tuvo que ir al infierno. De su cuerpo subió un arco verde y así se formó el primer arcoíris.


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miércoles, 2 de noviembre de 2016

La leyenda de la mariposa azul


Cuenta esta leyenda oriental, que hace muchos años, un hombre enviudó y quedó a cargo de sus dos hijas.

Las dos niñas eran muy curiosas, inteligentes y siempre tenían ansias de aprender. Constantemente invadían a preguntas a su padre, para satisfacer su hambre de querer saber. A veces, su padre podía responderles sabiamente, sin embargo, las preguntas de sus hijas le impedían darles una respuesta correcta o que convenciera a las pequeñas.

Viendo la inquietud de las dos niñas, decidió enviarlas de vacaciones a convivir y aprender con un sabio, el cual vivía en lo alto de una colina. El sabio era capaz de responder a todas las preguntas que las pequeñas le planteaban, sin ni siquiera dudar.

Sin embargo, las dos hermanas decidieron hacerle una picara trampa al sabio, para medir su
sabiduría. Una noche, ambas comenzaron a idear un plan: proponerle al sabio una pregunta que éste no fuera capaz de responder.

-¿Cómo podremos engañar al sabio? ¿Qué pregunta podríamos hacerle que no sea capaz de responder?- preguntó la hermana pequeña a la más mayor.

-Espera aquí, enseguida te lo mostraré- indicó la mayor.

La hermana mayor salió al monte y regresó al cabo de una hora. Tenía su delantal cerrado a modo de saco, escondiendo algo.

-¿Qué tienes ahí?- preguntó la hermana pequeña.

La hermana mayor metió su mano en el delantal y le mostró a la niña una hermosa mariposa azul.

-¡Qué belleza! ¿Qué vas a hacer con ella?

-Esta será nuestra arma para hacer la pregunta trampa al maestro. Iremos en su busca y esconderé esta mariposa en mi mano. Entonces le preguntaré al sabio si la mariposa que está en mi mano está viva o muerta. Si él responde que está viva, apretaré mi mano y la mataré. Si responde que está muerta, la dejaré libre. Por lo tanto, conteste lo que conteste, su respuesta será siempre errónea.

Aceptando la propuesta de la hermana mayor, amabas niñas fueron a buscar al sabio.

-Sabio- dijo la mayor- ¿Podría indicarnos si la mariposa que llevo en mi mano está viva o está muerta?

A lo que el sabio, con una sonrisa pícara, le contestó: “Depende de ti, ella está en tus manos”.

Nuestro presente y nuestro futuro esta únicamente en nuestras manos. Nunca debemos culpar a alguien si algo falla. Si algo perdemos o si algo conseguimos, nosotros somos los únicos responsables.

La mariposa azul es nuestra vida. En nuestras manos está que queremos hacer con ella.