Un hombre, muy sencillo y analfabeto, llamó a las puertas de un monasterio. Tenía deseos verdaderos de purificarse y hallar un sentido a la existencia. Pidió que le aceptasen como novicio, pero los monjes pensaron que el hombre era tan simple e iletrado que no podría ni entender las más básicas escrituras ni efectuar los más elementales estudios.
Paulatinamente, todos los monjes empezaron a ver cambios en la actitud del hombre. ¡Se le veía tan tranquilo, gozoso, equilibrado! Emanaba de todo él una atmósfera de paz sublime. Y tanto llamaba la atención su inspiradora presencia, que los monjes, al hablar con él, se dieron cuenta de que había obtenido un considerable grado de evolución espiritual y una excepcional pureza de corazón. Extrañados, le preguntaron si había seguido alguna práctica o método especiales, pero el hombre, muy sencillamente, repuso:
–No, no he hecho nada, creedme.
Me he dedicado diariamente, con amor, a limpiar el jardín, y, cada vez que barría la basura, pensaba que estaba también barriendo mi corazón y limpiándome de todo veneno.
(Si alguien conoce el autor de este cuento y me lo quiere decir se lo agradeceré mucho)
Precioso cuento lleno de amor que es base para todo crecimiento. lleno de ética y de filosofía.
ResponderEliminar¡Es realmente enternecedor!.
Lamento no poder decirte el autor, no conocía el cuento.
Besos.
No conozco al autor de esta hermosa Historia.
ResponderEliminarCada uno en su oficio puede encontrar la plenitud de su Alma.
Un abrazo y besos.
Es precioso Julia. Además que su mensaje es perfecto, barrer o limpiar de nuestra vida todo lo malo y "venenoso" y quedarnos con lo bueno y maravilloso. Un beso enorme
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