Varios hombres compartían un departamento y, como quedaban muchas horas para llegar al destino, decidieron apagar la luz y ponerse a dormir. El tren proseguía su marcha. Transcurrieron los minutos y los viajeros empezaron a conciliar el sueño. Llevaban ya un buen número de horas de viaje y estaban muy cansados. De repente, empezó a escucharse una voz que decía:
-¡Ay, qué sed tengo! ¡Ay, qué sed tengo!
Así una y otra vez, insistente y monótonamente. Era uno de los viajeros que no cesaba de quejarse de su sed, impidiendo dormir al resto de sus compañeros. Ya resultaba tan molesta y repetitiva su queja, que uno de los viajeros se levantó, salió del departamento, fue al lavabo y le trajo un vaso de agua. El hombre sediento bebió con avidez el agua. Todos se acostaron de nuevo. Otra vez se apagó la luz. Los viajeros, reconfortados, se dispusieron a dormir. Transcurrieron unos minutos. Y, de repente, la misma voz de antes comenzó a decir:
-¡Ay, qué sed tenía, pero qué sed tenía!
FIN
(Autor anónimo)La moraleja que deja el maestro de esta leyenda es que el ser humano siempre va a tener algo de lo que quejarse, no importa si el problema está resuelto, entonces inventará otro problema de mentira para poder solucionarlo con soluciones ficticias también, entonces el mismo contará con problemas, reales y ficticios.
Me ha encantado.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Rosa Mª; un señor algo impertinente y tocapelotas.
EliminarUn abrazo
Hola Julia.. Muy buena historia, pero es así, son las debilidades humanas..
ResponderEliminarUn abrazo..
Así es, a veces nos quejamos por vicio o por costumbre.
EliminarUn abrazo
Ja ja ja, para nada me esperaba ese final.
ResponderEliminarBesotes Julia.
El buen hombre era un plasta inaguantable, ya ves.
EliminarBesos
Me encanto leerte. Saludos.
ResponderEliminarGracias Sandra, el señor era bastante molesto.
EliminarUN abrazo
Hola Julia, me encanto esta leyenda. Como tu dices el ser humano ya se queja de vicio, y es más, creo que quejarse se está volviendo una adicción en nuestra sociedad. Pero también es que nos gusta llamar mucho la atención. Feliz día!
ResponderEliminarBesos,
Creo que tienes razón, muchas veces es por llamar la atención, todo lo contrario de mi, que intento siempre pasar desapercibida.
EliminarAbrazos
Muchas gracias por tu huella , ten una semana preciosa,saludos desde Chile 😊😊😊
ResponderEliminarEl texto...
Las personas son incorformistas sobre todo cuando lo que prima en la.sociedad es la competencia
Gracias por tu visita, seguiremos en contacto.
EliminarUn abrazo desde esta alborotada Barcelona.
Una storia molto bella.
ResponderEliminarBuona giornata.
Muchas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo
Hay gente insatisfecha por naturaleza que parece que ha venido al mundo para quejarse. Esa historia me ha recordado a un amigo al que apodamos "El Letanías" por ser un quejica incorregible.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
A mucha gente le gusta llamar la atención y supongo que estar quejándose de todo, es una forma de hacerlo.
EliminarGracias por tu presencia en mi blog.
Abrazos
Me hizo sonreir, es algo muy común que hay muchos que buscan desesperadamente atención. Se quiere kilos de paciencia.
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